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miércoles, 16 de enero de 2019

España. Descubren que el gusano de la cera puede biodegradar el plástico

miércoles 16 de enero de 2019
https://web.unican.es/noticias/Paginas/2017/diciembre_2017/El-descubrimiento-de-la-capacidad-de-los-gusanos-para-biodegradar-plastico,-entre-los-25-con-mayor-repercusion-mundial.aspx?fbclid=IwAR3uWL4S6tkn3qFeIZ5tplyb2Kt6zjCqO4OCtVTBAzewOUUChs1b76ZXwtE
Bandera de España

Nota: me parece ya haber leído sobre este descubrimiento hace algún tiempo, no recuerdo dónde



NOTICIAS UNIVERSIDAD DE CANTABRIA


Skip Navigation LinksNoticias de la Universidad de Cantabria > El descubrimiento de la capacidad de los gusanos para biodegradar plástico, entre los 25 con mayor repercusión mundial

29 DICIEMBRE 2017


El descubrimiento de la capacidad de los gusanos para biodegradar plástico, entre los 25 con mayor repercusión mundial
La publicación de Federica Bertocchini, del IBBTEC, forma parte de las 25 de mayor impacto de 2017
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La empresa londinense Altmetric ha publicado su listado anual de los artículos científicos más mencionados en medios digitales. En este 'ranking de atención' de 2017 han medido el impacto de más de dos millones de artículos, y entre el 'top 100' se sitúa el trabajo de una investigadora del IBBTEC, la doctora Federica Bertocchini, que ha descubierto la capacidad de los gusanos de la cera para biodegradar el polietileno.
Su estudio, elaborado junto a Paolo Bombelli y Chris Howe, de la Universidad de Cambridge, fue publicado en abril de 2017 en la revista Current Biology. Desde entonces, ha recibido una atención que Altmetric califica con 3.013 puntos, situándola en el número veinticuatro a escala mundial de los artículos científicos publicados este año, y dentro del cinco por ciento de mayor repercusión, con cerca de trescientas menciones en noticias de prensa y un millar en redes sociales.
Por origen geográfico, los países con más menciones son Estados Unidos, Japón y Reino Unido. Su interés ha trascendido, además, los círculos puramente científicos, para acceder a medios de información general, que acaparan el ochenta y cinco por ciento de las menciones en internet.
Los indicadores 'altmetrics' son un conjunto de métricas usadas para medir los diferentes impactos de la investigación más allá de las métricas tradicionales de la producción científica.

EL DESCUBRIMIENTO

Como se informó tras la publicación del descubrimiento, cada año se producen en todo el mundo cerca de 80 millones de toneladas de polietileno, un material difícil de degradar y muy resistente. Las bolsas de plástico, por ejemplo, que están fabricadas con polietileno de baja densidad, tardan cerca de 100 años en descomponerse totalmente; las más densas y resistentes pueden llegar a tardar hasta 400 años en degradarse. De media, cada persona utiliza anualmente más de 230 bolsas de plástico, lo que genera más de 100.000 toneladas de este tipo de residuos.

En la actualidad, los procesos de degradación química son muy largos y pueden prolongarse varios meses, además de que para ello se necesita utilizar líquidos corrosivos como el ácido nítrico. Es la primera vez que un equipo de investigación encuentra algo en la naturaleza capaz de degradar este material. "El plástico es un problema mundial. Hoy en día pueden encontrarse residuos por todas partes; incluidos los ríos y los océanos. El polietileno, en concreto, es muy resistente, por lo que es muy difícil que se degrade de forma natural", detalla la investigadora del CSIC, que desarrolla su trabajo en el Instituto de Biomedicina y Biotecnología de Cantabria, ubicado en Santander.
La investigadora, una apicultora aficionada, descubrió esta cualidad de los gusanos de la cera por casualidad. La investigadora del CSIC descubrió un día que los panales almacenados en su casa estaban llenos de gusanos, que habían empezado a alimentarse de los restos de miel y cera de sus abejas. 
"Decidí retirar los gusanos y dejarlos en una bolsa de plástico mientras limpiaba los panales. Tras tenerlo todo listo, volví a la habitación donde estaban los gusanos y vi que estaban por todas partes, que se habían escapado de la bolsa a pesar de seguir cerrada. Así comprobé que la bolsa estaba llena de agujeros. Solo había una explicación: los gusanos habían hecho los agujeros y se habían escapado por ahí. En ese momento empezó este proyecto", relata la científica del CSIC.
Creado en 2007, el IBBTEC es un instituto de investigación de carácter mixto de titularidad compartida entre la Universidad de Cantabria, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y el Gobierno regional a través de Sodercan (Sociedad para el Desarrollo de Cantabria).
Pie de foro: la investigadora del CSIC, Federica Bertocchini.


martes, 25 de abril de 2017

La polilla de la cera y su relación con la degradación del plástico


martes 25 de abril de 2017
http://www.huffingtonpost.es/2017/04/24/descubren-una-oruga-comeplastico-que-puede-ayudar-y-mucho-al_a_22053633/
Bandera de España




Descubren una oruga 'comeplástico' que puede ayudar (y mucho) al medioambiente

Una de las científicas, apicultora aficionada, descubrió por casualidad que estas orugas comen plástico. Así que las llevó al laboratorio.

 24/04/2017 20:44 CEST | Actualizado Hace 3 horas




WIKIPEDIA
Científicos han descubierto que una oruga criada comercialmente para cebo de pesca tiene la capacidad de biodegradar el polietileno, uno de los plásticos más duros y más utilizados que se encuentra con frecuencia obstruyendo los vertederos en forma de bolsas de plástico.
El gusano de cera, la larva del insecto común 'Galleria mellonella' o polilla mayor de la cera, es un flagelo de colmenas en toda Europa. En la naturaleza, los gusanos viven como parásitos en las colonias de abejas. Las polillas ponen sus huevos dentro de colmenas y gusanos crecen en la cera de abeja (de ahí el nombre).
El descubrimiento se produjo de manera casual cuando un miembro del equipo científico, Federica Bertocchini, una apicultora aficionada del Instituto de Biomedicina y Biotecnología de Cantabria (CSIC), estaba removiendo las plagas parasitarias de los paneles en sus colmenas. Los gusanos se mantuvieron temporalmente en una bolsa de plástico que en poco tiempo quedó agujereada.
En colaboración con Paolo Bombelli y Christopher Howe, de la Universidad de Departamento de Bioquímica de Cambridge, llevaron a cabo un experimento cronometrado. Un centenar de gusanos de cera fueron expuestos en una bolsa de plástico de un supermercado del Reino Unido. Los agujeros comenzaron a aparecer después de 40 minutos, y tras 12 horas se produjo una reducción de la masa de plástico de 92 mg de la bolsa.
Según los científicos, la tasa de degradación es muy rápida en comparación con otros descubrimientos recientes, como las bacterias reportadas el año pasado que biodegradaban algunos plásticos a una velocidad de tan sólo 0,13 mg por día.
¿FIN DE LOS RESIDUOS DE PLÁSTICO?
"Si una sola enzima es responsable de este proceso químico, su reproducción a gran escala utilizando métodos biotecnológicos debe ser alcanzable", comenta Paolo Bombelli, primer autor del estudio publicado en la revista Current Biology. "Este descubrimiento podría ser una herramienta importante para ayudar a deshacerse de los residuos de plástico de polietileno acumulado en vertederos y los océanos", añade.
El polietileno se utiliza en gran medida en los envases, y representa el 40% de la demanda total de productos de plástico en Europa -donde hasta el 38% de plástico se desecha en vertederos-, y, en términos generales, el plástico es muy resistente a la descomposición.
La naturaleza puede dar una respuesta a este problema. La cera de abejas sobre la que crecen los gusanos de cera se compone de una mezcla muy diversa de compuestos lipídicos: moléculas de bloques de construcción de las células vivas, incluyendo grasas, aceites y algunas hormonas.
Si bien el detalle molecular de biodegradación cera requiere una mayor investigación, los investigadores dicen que es probable que la digestión de la cera de abejas y polietileno implica romper tipos similares de enlaces químicos.
"La cera es un polímero, una especie de 'plástico natural,' y tiene una estructura química no muy diferente al polietileno", dice Bertocchini, autora principal del estudio.
Los investigadores realizaron un análisis espectroscópico para mostrar cómo los enlaces químicos en el plástico se rompían. El análisis reveló que los gusanos transformaban el polietileno en etilenglicol, lo que representa moléculas 'monoméricas' no enlazadas.
Para confirmar que no era sólo el mecanismo de masticación de las orugas las que degradaban el plástico, el equipo aplastó algunos de los gusanos y los untó en bolsas de polietileno, con resultados similares. "Las orugas no sólo se comen el plástico sin modificar su composición química. Demostramos que las cadenas de polímero de plástico de polietileno en realidad están rotas por los gusanos de cera", señala Bombelli.
"La oruga produce algo que rompe el enlace químico, tal vez en sus glándulas salivales o una bacteria simbiótica en su intestino. Los pasos a seguir para nosotros será tratar de identificar los procesos moleculares en esta reacción y ver si podemos aislar la enzima responsable", añade.
Este descubrimiento podría ser utilizado para idear una solución biotecnológica a escala industrial para la gestión de desechos de polietileno, según los investigadores. "Estamos pensando en poner en práctica este hallazgo de forma viable para deshacer los residuos plásticos, trabajando hacia una solución para salvar nuestros océanos, ríos, y todo el medio ambiente frente a las consecuencias inevitables de la acumulación de plástico", concluye Bertocchini.

lunes, 19 de febrero de 2018

Argentina. UBA. Detectan toxicidad en aguas por medio de gusanos

lunes 19 de enero de 2018
http://sobrelatierra.agro.uba.ar/detectan-toxicidad-en-aguas-por-medio-de-gusanos/
Bandera de Argentina



Detectan toxicidad en aguas por medio de gusanos

Se trata de las cuencas del río Tunuyán (Mendoza), cuyas aguas se usan para producir vinos, y del arroyo Pergamino (Buenos Aires), donde se cultiva soja y se aplican agroquímicos. Emplean una metodología novedosa basada en el nematodo Caenorhabditis elegans.





La novedosa metodología, basada en el uso de un gusano a modo de bioindicador, permitió detectar contaminación en las cuencas del río Tunuyán (Mendoza) y Pergamino (Buenos Aires). Fotos: gentileza de la investigadora
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(SLT-FAUBA) Una investigación llevada a cabo por la Facultad de Agronomía de la UBA (FAUBA) permitió detectar la presencia de contaminantes tóxicos en las aguas del río Tunuyán, en la provincia de Mendoza, y en las del arroyo Pergamino, en Buenos Aires, donde los análisis rutinarios de calidad de aguas arrojaban valores normales. La particularidad de este estudio toxicológico fue el uso de un pequeño gusano capaz de responder a niveles muy bajos de contaminantes. Esta nueva metodología podría convertirse en una herramienta esencial para el manejo de los recursos hídricos del país.

“Preservar el agua es una de las metas principales de las Naciones Unidas” (A. Clavijo)
“Evaluamos la metodología en dos regiones productivas del país donde el recurso hídrico es esencial. La primera fue la cuenca del río Tunuyán, en Mendoza, cuyas aguas se usan para producir vinos que luego consumimos los seres humanos. La segunda fue la cuenca del arroyo Pergamino, en la Región Pampeana, donde se cultiva soja y se aplican agroquímicos desde hace muchos años. En ambos casos, por medio del gusano detectamos que las aguas estaban contaminadas con sustancias tóxicas”, señaló Araceli Clavijo, docente de la cátedra de Bioquímica de la FAUBA.
“¿Cómo funciona el gusanito? Es un bioindicador: si lo colocamos en agua contaminada, crece menos, y eso nos alerta sobre la presencia de sustancias tóxicas. Es más, pese a que en estado adulto sólo mide 2 mm de largo, cuánto se reduce su longitud nos puede dar una pista del grado de contaminación. Esta metodología es ideal para complementar los clásicos análisis de aguas, que estudian la calidad a través de parámetros bacteriológicos y fisicoquímicos, pero que no permiten predecir cómo ciertas aguas contaminadas pueden afectar la salud de los seres vivos. Hoy existe una demanda creciente de datos biológicos que den estas respuestas”, explicó Clavijo.

Contaminación en dos cuencas

En el caso del río Tunuyán, Clavijo aclaró que existen grupos de investigación que monitorean el agua constantemente y que los parámetros físicoquímicos y bacteriológicos son aceptables. Sin embargo, los estudios toxicológicos que ella realizó con este novedoso bioindicador pusieron en evidencia que, en realidad, el agua sí tenía algún nivel de contaminación.

Con el río Tunuyán se riegan diferentes producciones agrícolas. En su cauce, y gracias al gusano, se hallaron sustancias tóxicas para los seres vivos

“Gracias al gusano pudimos establecer que calidad y toxicidad no van de la mano: en las aguas que supuestamente eran de buena calidad, C. elegans indicó toxicidad. Concretamente, en un 40% de los casos, la respuesta del gusano no tuvo que ver con los parámetros que se miden en los análisis de rutina. Claramente, se debió a sustancias tóxicas —como nitratos, fosfatos y combos de agroquímicos— que, de otra manera, nunca hubieran sido detectadas. Estos resultados están publicados en la revista Science of the Total Environment”, sostuvo Araceli.


En la provincia de Buenos Aires se detectó que el arroyo Pergamino está contaminado con diversos compuestos tóxicos

Clavijo también advirtió acerca de la polución de aguas en la Región Pampeana. “En el arroyo Pergamino hicimos una batería de análisis que incluyó al glifosato y a su metabolito mayoritario, el AMPA. Tomamos muestras tanto en el cauce como en las napas profundas. Por la historia de la región, pensábamos que ese herbicida iba a ser el principal contaminante. Sin embargo, no fue el glifosato sino una mezcla de otras sustancias tóxicas lo que afectó el crecimiento del gusanito. Este trabajo fue publicado en la revista Water, Air & Soil Pollution”.



Modelos bajo la lupa

Clavijo comentó que Caenorhabditis elegans es un organismo modelo, al igual que Arabidopsis thaliana en el caso de las plantas. Por lo tanto, se conoce en detalle su biología, su morfología y su genética. “Fue el primer organismo pluricelular al que se le secuenció el genoma. Hoy contamos con bancos de datos y con una cantidad de herramientas genéticas para hacer investigaciones con él. No es casualidad que haya cinco ganadores del Premio Nobel asociados a este gusano”.
“Es muy fácil trabajar con estos gusanos para estudios de toxicológicos ambientales. Luego de tomar las muestras de agua, las llevamos al laboratorio y las colocamos en unas cajitas de vidrio especiales conteniendo gusanos en estado larval. Allí completan su ciclo de 96 horas, alimentándolos con unas bacterias llamadas Escherichia coli. Son transparentes, pero bajo la lupa los podemos ver y fotografiar muy bien. Básicamente, medimos su longitud: mientras menos crecen, más toxicidad hay en el agua”, dijo Araceli.

Vista del gusano Caenorhabditis elegans al microscopio. El color verde se debe a la emisión de fluorescencia

En cuanto a qué se puede medir, la investigadora afirmó que se pueden determinar, agroquímicos, nanopartículas y una gran variedad de productos químicos y farmacéuticos, entre otros compuestos, y las interacciones entre ellos. “Es un organismo muy sensible que responde a contaminaciones del orden de los microgramos. Incluso, hoy ya existen cepas transgénicas de Caenorhabditis que emiten fluorescencia en presencia de determinados elementos tóxicos en el agua”.
Por otra parte, Araceli destacó que “Los resultados del uso del gusano se pueden extrapolar con bastante confianza a los mamíferos, ya que genéticamente es muy parecido al ser humano. De hecho, la gran mayoría de genes que determinan nuestras enfermedades están presentes en el gusano. Por eso, pensamos que debería convertirse en una herramienta clave para, junto a las que ya existen, gestionar mejor los recursos hídricos del país”.

El agua como recurso

“El agua es un elemento fundamental; es un eje transversal a todos los ambientes, y se sabe muy bien que debemos tender a manejar este recurso de manera integral. La contaminación de las aguas es uno de los problemas ambientales y sociales más importantes que enfrenta América Latina, y me refiero tanto a las aguas superficiales como a los acuíferos. Este no es sólo un problema ambiental: la degradación del recurso está claramente asociada al desarrollo de las personas y a su calidad de vida”, puntualizó Clavijo.

Para las Naciones Unidas, la creciente contaminación de las aguas en todo el planeta es un desafío para la salud pública, la seguridad alimentaria y otros servicios de los ecosistemas. Foto: losandes.com.ar

“Uno de los grandes lineamientos u objetivos que sostiene las Naciones Unidas es el desarrollo sustentable y la calidad del agua y los alimentos. Por eso pienso que es fundamental determinar el estado de nuestros recursos hídricos para luego establecer pautas de manejo para preservarlos. Y cuantas más herramientas basadas en conocimiento científico y tecnológico tengamos en el país, mejor”.
“Es notable la cantidad de grupos de investigación ‘alternativos’ que están surgiendo en la FAUBA, grupos como el nuestro, que se salen de las líneas ‘agronómicas’ puras y comienzan a hacer estudios más tecnológicos. En este sentido, pienso que la facultad se está ganando una palmadita en la espalda, ya que propicia fuertemente la realización de este tipo de investigaciones”, finalizó.

lunes, 22 de agosto de 2016

Canadá. Aparecen abejas infectadas con el parásitos (abejas zombis)

lunes 22 de agosto de 2016
http://www.cbc.ca/news/technology/zombie-honeybees-1.3722988
Bandera de Canadá



Aparecen en Canadá las abejas zombi

Por Rufo Valencia | amlat@rcinet.ca
Miércoles 17 agosto, 2016 , Sin Comentarios ↓
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Escuche
El pasado mes de julio, en las afueras de la ciudad de Nanaimo, en la isla de Vancouver, la apicultora Sarah Wallbank notó que sus abejas actuaban de manera extraña.
Ella observó que algunas de ellas salían del panal a volar en la noche, que es un período en el que normalmente las abejas descansan y que volaban hacia la luz instalada a la entrada de su casa, estrellándose constantemente contra ella.
La apicultora Sarah Wallbank había instalado su primera colmena en el patio de su casa en abril de este año. Sin embargo, pese a ser una novata en el oficio, aquella conducta de las abejas le pareció extraña. Ella hizo una búsqueda en Internet, lo que la llevó a la página web de ZomBee Watch, un proyecto ciudadano de ciencia con sede en la Universidad de San Francisco que rastrea las abejas que presentan un comportamiento zombi.
Lo que descubrió es que sus abejas estaban infectadas con gusanos parásitos mortales que hacían que las abejas se comporten como zombis, algo detectado por primera vez en Canadá.
“Estas abejas estaban tan frenéticas”, dijo Wallbank a la radio pública canadiense, añadiendo que era como si alguien estuviera golpeando agitadamente sus dedos en un escritorio.
Luego las abejas cayeron al suelo, arrastrándose en círculos hasta morir a las pocas horas.
“Ver esto es un espectáculo de lo más triste y extraño,” dijo Wallbank.
La página web ZomBee Watch le aconsejó que recoja las abejas muertas y tome una serie de fotografías para mandarlas después como prueba de la expansión del parásito que afecta a estos insectos.
Ella tenía que mandar una primera fotografía al colectar el cuerpo de la abeja poco después de su muerte. Otra fotografía tenía que ser enviada cinco a siete días después, cuando los gusanos salen del cuerpo de la abeja y forman pupas de color marrón. La última foto debía ser tomada entre 14 a 30 días después, cuando emerge de la pupa una pequeña mosca fórida, la apopcephalis borealis, que es más pequeña que la mosca de la fruta.
La apicultora Sarah Wallbank, que vive cerca de Nanaimo, en Columbia Británica, donde descubrió las abejas zombi
La apicultora Sarah Wallbank, que vive cerca de Nanaimo, en Columbia Británica, donde descubrió las abejas zombi. © Sarah Wallbank
Wallbank comenzó a mandar las imágenes, y tras la segunda imagen mostrando las pupas marrón, ella recibió una confirmación de parte de Brian Brown, experto en la mosca fórida en el Museo de Historia Natural del Condado de Los Ángeles, que le confirmaba que sus abejas eran “abejas zombi” infectadas con la larva o gusano de una mosca parasitoide, la apopcephalis borealis.
El profesor de biología de la Universidad de San Francisco, John Hafernik, junto a sus colegas, informó por primera vez sobre las abejas parasitadas en 2012 en un artículo científico.
Después de ser infectadas con una mosca parásita, las abejas abandonan sus colmenas para congregarse en la noche cerca de fuentes de luz, muriendo al final tras un comportamiento desorientado.
Los parasitoides son organismos parásitos que no sólo viven de sus anfitriones, sino que eventualmente los matan. Las moscas fóridas hembra infectan a las abejas cuando se aproximan al vientre y luego la penetran mediante una punción realizada con un órgano en forma de aguja o puñal llamado ovipositor, que le sirve para depositar los huevos en el interior de la abeja, que luego se convierten en gusanos que luego devoran viva a la abeja desde su interior.
La apopcephalis borealis se encuentra en toda América del Norte, desde Alaska hasta el sur de Estados Unidos. Previamente era conocida por parasitar abejorros o avispas chaqueta amarilla, explica John Hafernik, profesor de biología en la Universidad Estatal de San Francisco.
Pero es solamente desde la década pasada que se ha descubierto que estas moscas fóridas parásitas también atacan a las abejas en Estados Unidos.
Ahora, con las observaciones de Sarah Wallbank en Nanaimo, en la provincia canadiense de Columbia Británica, se confirma el mismo fenómeno en Canadá.
Wallbank dijo que tuvo una reacción mixta ante noticia. Por un lado, dijo que estaba contenta de poder ayudar a los científicos a mantener su atención puesta en la salud de las abejas, pero por otro lado le parece decepcionante que haya otro depredador de las abejas. Ella también notificó a las autoridades del Ministerio de Agricultura sobre su nuevo descubrimiento.
Esta mosca parásita es una amenaza más para las abejas en un momento en que muchas colmenas ya están sufriendo enfermedades causadas por virus, por hongos, además de una infección de ácaros parásitos y los efectos mortales de los pesticidas.
El profesor de biología de la Universidad Estatal de San Francisco, John Hafernik, lanzó el proyecto ZomBee Watch en 2012, después de haber detectado por primera vez la infección entre las abejas en el área de San Francisco.
Desde entonces, la gente en toda América del Norte ha mandado unas 886 fotografías y muestras para las pruebas. Abejas infectadas han sido encontradas a lo largo de la costa oeste de Estados Unidos y en Dakota del Sur. También fueron halladas por primera vez en Nueva Inglaterra en 2013 y en el Estado de Nueva York en 2015.
Hafernik señaló que abejas infectadas podría estar en áreas cercanas a Canadá, así como en la provincia de Ontario. Añadió que esta mosca fórida parásita es común en partes de Canadá. Por ejemplo, un estudio encontró que el 60 por ciento de los abejorros en Alberta están infectados con esta mosca parásita.
Una de las grandes interrogantes es saber si la habilidad de esta mosca parásita para infectar las abejas es un fenómeno reciente o es simplemente algo que hasta ahora pasó desapercibido a los ojos de los investigadores.

viernes, 14 de octubre de 2022

The Guardian. La saliva de la larva de la polilla de la cera descompone rápidamente las bolsas de plástico, descubren los científicos (2)

 viernes 14 de octubre de 2022


https://www.theguardian.com/environment/2022/oct/04/wax-worm-saliva-rapidly-breaks-down-plastic-bags-scientists-discover

La saliva de la larva de la polilla de la cera descompone rápidamente las bolsas de plástico, descubren los científicos

Sus enzimas degradan el polietileno en cuestión de horas a temperatura ambiente y podrían 'revolucionar' el reciclaje

Gusano de cera comiendo un trozo de plástico
Gusano de cera comiendo un trozo de plástico. Fotografía: Departamento de Comunicación del CSIC/AP

Se han descubierto enzimas que descomponen rápidamente las bolsas de plástico en la saliva de los gusanos de cera, que son larvas de polilla que infestan las colmenas.

Las enzimas son las primeras que se informa que descomponen el polietileno en cuestión de horas a temperatura ambiente y podrían conducir a formas rentables de reciclar el plástico.

El descubrimiento se produjo después de que un científico, un apicultor aficionado, limpiara una colmena infestada y descubriera que las larvas comenzaban a hacer agujeros en una bolsa de basura de plástico. Los investigadores dijeron que el estudio mostró que la saliva de los insectos puede ser "un depósito de enzimas degradantes que podrían revolucionar [la limpieza de deshechos contaminantes.

El polietileno constituye el 30 % de toda la producción de plástico y se utiliza en bolsas y otros envases que constituyen una parte significativa de la contaminación por plástico en todo el mundo. El único reciclaje a escala actual utiliza procesos mecánicos y crea productos de menor valor.

La descomposición química podría crear sustancias químicas valiosas o, con algún procesamiento adicional, plástico nuevo, evitando así la necesidad de plástico virgen nuevo hecho de petróleo. Las enzimas se pueden sintetizar fácilmente y superar un cuello de botella en la degradación del plástico, dijeron los investigadores, que es la ruptura inicial de las cadenas de polímeros. Eso generalmente requiere mucho calentamiento, pero las enzimas funcionan a temperaturas normales, en agua y con un pH neutro.

“Mis colmenas estaban plagadas de gusanos de cera, así que comencé a limpiarlas, poniendo los gusanos en una bolsa de plástico”, dijo la Dra. Federica Bertocchini, del Centro de Investigaciones Biológicas de Madrid. “Después de un tiempo, noté muchos agujeros y descubrimos que no era solo masticación, sino [descomposición química] , así que ese fue el comienzo de la historia”.

En términos de aplicación comercial, es temprano, dicen los investigadores. “Necesitamos investigar mucho y pensar en cómo desarrollar esta nueva estrategia para lidiar con los desechos plásticos”, dijo el Dr. Clemente Arias, también en el centro de investigación español. Además de las grandes plantas de reciclaje, los científicos dijeron que algún día podría ser posible tener kits en los hogares para reciclar bolsas de plástico en productos útiles. Otros científicos están investigando actualmente escarabajos y larvas de mariposas por su potencial para comer plástico.

Los descubrimientos anteriores de enzimas útiles han sido en microbios, con un estudio de 2021 que indica que las bacterias en los océanos y suelos de todo el mundo están evolucionando para comer plástico . Encontró 30.000 enzimas diferentes que podrían degradar 10 tipos diferentes de plástico.

En 2020 se reveló una superenzima que descompone rápidamente las botellas de plástico para bebidas , generalmente hechas de plástico PET, inspirada en un error encontrado en un basurero en Japón y modificado accidentalmente para aumentar su potencia. También se ha producido una enzima que descompone el PET a partir de bacterias en el compost de hojas , mientras que otro insecto de un basurero puede comer poliuretano , un plástico que se usa mucho pero que rara vez se recicla.

Cada año se vierten millones de toneladas de plástico, y la contaminación invade el planeta, desde la cima del monte Everest hasta los océanos más profundos . Reducir la cantidad de plástico utilizado es vital, al igual que la recolección y el tratamiento adecuados de los desechos, y el reciclaje completo podría reducir la producción de plástico nuevo.

La investigación, publicada en la revista Nature Communications , identificó 200 proteínas en la saliva del gusano de cera y redujo las dos que tenían el efecto de comer plástico. “Este estudio sugiere que la saliva de los insectos podría [ser] un depósito de enzimas degradantes que podrían revolucionar el campo de la biorremediación”, dijeron los investigadores.

Las larvas del gusano de cera viven y crecen en los panales de las colmenas y se alimentan de cera de abejas, lo que puede ser la razón por la que han desarrollado las enzimas. Otra posibilidad es que las enzimas descompongan los químicos tóxicos producidos por las plantas como defensa y que son similares a algunos aditivos en los plásticos.

El profesor Andy Pickford, director del Centro de Innovación de Enzimas de la Universidad de Portsmouth en el Reino Unido, dijo que el descubrimiento de las enzimas en la saliva del gusano de cera fue emocionante. “La reacción ocurre en unas pocas horas a temperatura ambiente, lo que sugiere que la descomposición enzimática puede ser una ruta para hacer uso de los desechos de polietileno”.

Un estudio separado publicado el martes en la revista Chem muestra que crear una versión de imagen especular de una enzima que degrada el plástico significa que es mucho más resistente a la descomposición, lo que prolonga su eficacia. Pero Pickford dijo: "Es probable que el alto costo de sintetizar químicamente enzimas de imagen especular supere con creces cualquier beneficio modesto de una vida media mejorada de la enzima".